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A continuación varios de los insignes historiadores expresan sus opiniones sobre el catastrófico final del insigne fundador. FRAY PEDRO SIMÓN. Describe con sus palabras la tragedia dolorosa ocurrida en la loma de Pozo al occidente de la población de Pácora: "Levantose el Mariscal todo turbado, y queriéndose poner en defensa, se echo en una cota de malla y tomó una lanza en la mano, deseando que los suyos hicieran lo mismo, que acudieron algunos con mucha tibieza; por lo cual viendo ser en vano la resistencia, dejó caer la lanza y se fue al adelantado (Belalcázar), que aunque lo recibió con buenas palabras, le mandó a desarmar y prender, y a su Maestre de Campo el Comendador Sosa, a Antonio Pimentel, Juan Ruíz de Noreña, Alvaro de Mendoza, Barros, Estupiñán y otros, mandando al resto de los del Mariscal que ninguno trajese armas. Hizo soltar a los regidores que tenía presos el Mariscal, que se le secuestrasen sus bienes y devolviéndole sus cofres, hallaron en uno de ellos una carta que tenía escrita el Mariscal para el Juez Miguel Díaz Armendariz, en que entre los demás avisos que le daba, le decía: Y si Vuesamerced hubiera de venir a este Gobierno, será necesario que traiga horca y cuchillo, porque no está la tierra para menos. Y mostrándosela al Robledo para que la reconociera, dijo ser suya y que escribiría otras cuatro de aquellas si fuesen menester; de que se acedó tanto el Adelantado, sobre la indignación que traía, que tomó luego consejo (que no fue poco en un hombre tan apasionado) de lo que haría de los presos. Que dándoselo a su Maestre de Campo Francisco Hernández Girón y otros sus amigos removiese después tales inquietudes que no se pudiesen aplacar, determinó el Adelantado tomar éste parecer, sin que bastasen a apartarlo de él intercesiones de religiosos y de otros de buenos deseos, y así mandó luego armar su gente y que se recogiese la del Mariscal, enviándole a decir que se confesase y hiciese testamento, lo cual hecho, y otras prevenciones cristianas, dicen que pregunto que quien lo había de matar, y respondiéndole que un negro le daría garrote, volvió a decir: pues yo degollado debo ser, pues soy caballero; aunque conociendo luego la vanidad de tales honras, dio una castañeta, diciendo: mátame quien quisiere. Y habiéndose encomendado muy de veras y con gran devoción a la Virgen Santísima y pedido perdón a todos, con valerosa constancia sufrió que le diesen garrote, cosa muy usada en estas Indias a lo menos con personas graves." (FRAY PEDRO SIMÓN)
FRANCISCO HERNÁNDEZ. Maestre de Campo, cuya carta enviada al Capitán Luis de Vergara fechada en Anserma el 26 de Noviembre de 1546 detalla con la más nítida exactitud: "Habiendo andado domingo en la noche que se contaron cuatro de octubre, al amanecer lunes por la mañana, día de San Francisco, dimos en la estancia donde estaba el Mariscal, donde fue preso y todos los que con él estaban sin que hubiese muerte de ningún hombre; y visto por el Señor Adelantado (Belalcázar) que por una parte trataba negocios con él y por otra parte escribía a su Majestad diciéndole que el Gobernador y toda su gobernación eran traidores ... y que se había entrado a estos pueblos sin autoridad de quien se la pudiese dar, le mandó cortar la cabeza y al Comendador (Sosa) y a Baltasar de Ledezma; y otro día de mañana se partió para la villa de Arma, y en partiéndose, yo me quedé allí en aquel mismo lugar donde esto aconteció y mandé hacer justicia de Juan Marques, así por lo que pasó en Cartago como porque preso el Mariscal le hacía entender algunas cosas en que le daba esperanzas de venganza, y lo mismo decía a los que habían seguido, haciéndoles entender que él tenía más de cuarenta hombres de los nuestros; llegados a la villa de Arma, fue traído preso Cristóbal Díaz, del cual yo mandé hacer justicia por causas bastantes que tuve para ello según, que por su proceso aparece, y después de esto el Señor Adelantado, yo nos salimos de la villa de Arma." (FRANCISCO HERNÁNDEZ) JAIME ARROYO. Se expresa éste de la muerte del fundador, mostrando que era un hombre valiente y ecuánime: "Sufrió la vil pena en unión del Comendador Sosa (Hidalgo Portugués), de Baltasar de Ledezma y de Juan Marques de Sanabria, demostrando hasta el último momento denodado valor y resignación, auxiliado por la religión." PEDRO SANTOS En Sevilla a 30 de Junio de 1547 fue interrogado judicialmente el testigo Pedro Santos, recién llegado de las Indias afirmó: "Dijo lo que pasó entre dicho Adelantado y el dicho don Jorge Robledo es que puede haber un año poco más o menos que el dicho don Jorge de Robledo fue a la provincia de don Belalcázar en un lugar que se dice Arma y llegando allí... el dicho Adelantado aquella noche siguiente marchó mucho hasta dar donde estaba el dicho Mariscal que era en Pozo el Grande, y dio sobre el dicho Jorge de Robledo al cuarto de alba, y allí fueron a donde estaba el dicho Robledo en su estancia, y el dicho Adelantado lo prendió a él y a otras ciertas personas que eran en favor del dicho Jorge de Robledo y que a este testigo le dijeron ciertas personas, que se hallaron al dicho tiempo que le prendieron al dicho Robledo, como el dicho Adelantado había prendido al dicho Jorge de Robledo y porque se había entrado por fuerza en su gobernación, y por haber tomado dicho oro y haber descerrajado la Caja del Rey, y porque le hallaron en su poder del dicho Jorge de Robledo ciertas cartas misivas y escripturas en que por ellas decía que era el dicho Adelantado Benalcázar traidor al Rey, por lo cual le tomó por justicia le cortó la cabeza a él y a otros tres que se decía el uno Comendador Hernán Rodríguez de Sosa que era Portugués, y el otro se decía Baltasar de Ledezma, y el otro Cristóbal Díaz y a otro ahorcó, que no se sabe como se llama..." |
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