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Según las palabras de Juan Bautista Sardella, Robledo salió de Cali el 29 de Septiembre de 1540, con unos treinta compañeros (no indica que el total de personas que le acompañasen fuera este) entre los que se encontraban quienes le habían acompañado desde Cartago. Muchos hidalgos Caballeros salieron a despedir al Capitán hasta la población de Vijes, donde les tenían preparadas quince balsas de guadua en las que se embarcarían y atravesarían el País de los Gorrones; Robledo dividió su grupo de acompañantes en dos, embarcándose con treinta españoles y el otro grupo al mando del Comendador Hernán Rodríguez de Sosa, continuaron su camino por tierra por la banda occidental del Río Grande (Cauca). En esta oportunidad a diferencia de las demás la fiereza del río, dificultó el paso de los conquistadores, quedando en el fondo de sus aguas las ropas y maletines que traían consigo. Pasados quince días las embarcaciones hicieron un alto enfrente a la población más grande de la Provincia de los Gorrones, donde volvieron a reunirse con los expedicionarios que avanzaban por tierra, quienes habían arribado a esta población dos días antes. Tomaron cuatro días para descansar, tiempo que Robledo aprovechó para ganarse la amistad de las tribus de la rivera opuesta, quienes le obsequiaron al Capitán abundantes víveres. Desde allí Robledo ordenó a dos de sus hombres se adelantasen y de esta forma prepararan la ciudad de Anserma, para el recibimiento de Robledo. Continuaron entonces la marcha y al cabo de cuatro días los víveres se les agotaron, razón por la cual el Capitán General ordenó que tomaran tierra por ambas orillas del río con el fin encontrar poblaciones indígenas cercanas para abastecerse, pero este era un lugar agreste, razón por la cual volvieron a embarcar y siguieron su recorrido aún sin tener las provisiones necesarias, dos leguas más adelante se vieron otra vez obligados a desabordar sus embarcaciones al escuchar un amenazante ruido que los inquieto, la presión aumentó por el miedo de que fuesen atacados por los bravos indígenas de la región, el aventurado escape por el paso del río se tornaba imposible por los raudos rápidos que el río presentaba a esa altura del camino, razón por la cual Robledo, pese a la enorme amenaza ordeno el de que con machete en mano siguieran por tierra, atravesando los déspotas guaduales, buscando de esta manera un camino que los condujese a un poblado cercano. Habían transcurrido tres días del desembarque y casi una semana desde la salida y las provisiones se les habían acabado, siendo su única fuente de alimentación frutos de aquella zona como: Melones, raíces y yerbas. Situación que creo un desconcierto en medio de aquella tropa, tomaron de nuevo el curso del río, pero la crudeza de este hizo que una de las embarcaciones chocara contra una roca, creando el pánico entre sus tripulantes, razón para que al instante actuase Robledo y con la ayuda de algunos indígenas quienes se atrevieron a atravesar el río hasta una peña cercana arrojando desde allí un cable a la desventurada embarcación y de esta forma siendo arrastrados y arrancados de perecer por la fiereza de aquel imponente río; (según las palabras del Doctor Emilio Robledo esta gran aventura sucedió en los raudales que se encuentran entre la Virginia y Beltrán, tales rápidos se conocen desde esa época como "los Chorros de los Chapetones") exhaustos y desprovistos de provisiones decidieron seguir afanosamente su recorrido por tierra atravesando los guaduales, dos días después de esta incierta situación los expedicionarios fueron hallados por unos españoles quienes habían salido en su búsqueda, con quienes llegaron al pueblo de Angazca a una legua de allí, donde permanecieron por espacio de ocho días en pro de la recuperación de este negro lapso de viaje. El Cacique de esta población les proporcionó gran cantidad de víveres con los que llegaron a la ciudad de Anserma el primero de noviembre. Al día siguiente convocó el cabildo para darles a conocer su título de Teniente General del Gobernador otorgado por Andagoya, Robledo tomó juramento de sus nuevas funciones ante el alcalde Pedro de Prada quien comentase a Robledo el plan de sublevación por parte los caciques de OCUSCA, HUMBRAZA, GUARMA, CHATAPA Y HUMBRÍA, quienes al enterarse de la presencia de Robledo dejaron sus acciones, razón por la cual le pidieron que no dejara la ciudad, este como era siempre su forma, decidió quedarse y hablar ecuánimemente con los caciques, quienes le prometieron someterse y no ocasionar una matanza, aunque era de gran importancia que el ayuntamiento de Cartago, conociese las buenas nuevas y sobre todo el nuevo gobernato de Andagoya, Robledo optó por no abandonar a Anserma, decidiendo enviar una comisión al Comendador Hernán Rodríguez de Sosa a fin de que estableciese allí el dominio de Andagoya, concediéndole a éste plenos poderes (Diciembre de 1450), justo cuando Robledo se prepara para pacificar el Valle de Apia, recibió una notificación en donde le indicaban la urgencia de su presencia en Cartago por posibles sublevaciones, pero Robledo no juzgó conveniente abandonar Anserma sin antes pacificar el valle de Apia, lugar a donde se dirigió. Al cabo de algunos días logró su cometido siendo llevados los caciques a la ciudad de Anserma donde estos prometieron sumisión, siendo dejados en libertad con la advertencia que en caso que estos cambiasen de opinión su respuesta sería la muerte en horca, tal como le sucedió a El cacique de CHATAPA (TUCARMA) en medio de la pacificación. Luego de esto decidió el Capitán tomar el paso de Irra, pasando el río y de esta forma retornando a la ciudad de Cartago, en cuyo honor se efectuaron animados festejos. ALGUNAS DISCREPANCIAS ENTRE SARDELLA Y SARMIENTO EN LA CRONOLOGÍA DEL REGRESO DEL FUNDADOR. Para Sardella, Robledo sale de Cali el 29 de Septiembre de 1540 y llega a Santa Ana el 1 de Noviembre después del medio día. Según Sarmiento Robledo se encontraba aún en Cali el 12 de Octubre, fecha en la que Sardella argumenta los difíciles momentos que pasaron los expedicionarios, algo que queda claro es que Juan Bautista Sardella fue el escribano escogido por Robledo para esta expedición. Un acta del Cabildo, demuestra la presencia de Don Jorge Robledo en Anserma el 2 de Noviembre, demostrando así la veracidad de dicho cronista, al parecer como era costumbre de Sarmiento su falta de memoria pudo haber existido una confusión siendo la real fecha un 12 de Septiembre y no un 12 de Octubre como afirmó este, pues si siguiéramos su tesis tendríamos que aceptar el pronto regreso de 7 días para que coincidiera con el acta del dos de noviembre, pero claramente nos hace concluir que es de gran dificultad desechar los comentarios de quien realmente fue quien estuvo y vivió aquellos escritos (Sardella). |
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